Las propiedades segun Tiberio. Crónica desde la Piara.

El cerdo Tiburzio
Parece ser que nuestro porquerizo leyó el otro día algo sobre unos bueyes del Japón, kobe o algo así los deben llamar, a los que sus criadores masajean diariamente y alimentan con cerveza y sake. Es algo así como el agua de glaciar, el chocolate con oro de 24 quilates, la sal de roca del Himalaya y todas aquellas cosas que se venden como exclusivas y al alcance de unos pocos con dineros y una especial sensibilidad. Cuestan un riñón y lo que aportan no va mucho más allá de lo normal, pero siempre hay algún idiota dispuesto a hacer, repetir o pagar lo que le piden con tal de creerse un poco más “especial” (que desde luego hay que serlo un rato).

El caso es que le llamó tanto la atención la pasta gansa que se levantaban los baserritarras japoneses que pensó adaptar esa filosofía a aquí (que pardillos también tenemos un puñado) y nos ha montado una txerrikorta que ni las suites del María Cristina. Que si jacuzzi, que si solárium, que si ducha romana, almohadas de plumón, suelos de mármol y hasta una tele de plasma de 50 pulgadas (que se dice pronto). Como os podéis imaginar, Tiberio (al que cada vez le queda menos) y yo estamos como jeques, vamos, casi meamos chanel.

La cosa es que el otro día estábamos los dos viendo la tele, que resolución de imagen tiene la jodía, y a la espera de que nos pongan el cable nos tuvimos que conformar con los canales generalistas, así que nos dio por Antena 3. El canal del Grupo Planeta emite un programa llamado algo así como ¿Sabes más que un niño de primaria?, presentado por el entrañable (-Y vasco.- apostilla Tiberio) Ramontxu García, un mito en los concursos de entretenimiento familiar. El programa en sí no tiene mucha cosa. Unos niños que ayudan a los participantes; unos participantes con muchas ganas de hacer el ridículo y unas preguntas en principio sencillas pero cuyas respuestas nadie recuerda.

Pues bien, una de las preguntas decía “¿Qué propiedad dice que el orden de los factores no altera el resultado?”. Yo, que hace tiempo dejé la ikastola, recordaba la propiedad, pero no su nombre, por lo que le pregunté a Tiberio, al que de vez en cuando algo se le enciende en la cabeza y es capaz de sorprender.
-Distributiva, conmutativa y asociativa.- me respondió. –Esas son las tres propiedades que recuerdo de las cuatro.-
-Hombre, haber habrá más, pero, ¿Y cuál es la cuarta?- Le pregunto,.
-Debe ser la que dice que cualquier número se puede convertir en otro. Tres en dos, por ejemplo. -. Me dice Tiberio, echado en su chaise-longe de cuero. -Sí, algo de eso debe haber, porque si no, no entiendo eso del tripartito a dos gipuzkoa.-
-¿Tripartito a dos?- Le pregunto.
–Sí, o algo así, porque los mismos que decían defender el tripartito han hecho un pacto entre dos, y eso que el tercero no es que les sobrase exactamente. Igual lo llaman propiedad metamorfósica.- Zanja Tiberio.
-¿Metamorfósica? Qué cosas tienes. Metamorfósis van a ser otras cosas, eso es política.

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